Producir energía renovable usando uvas
Poder aprovechar los residuos que se producen en el sector agroalimentario es un punto que preocupa cada vez más a los productores. Conseguir una mayor sostenibilidad también depende de ellos. En esta ocasión, os traemos el ejemplo de estas bodegas que aprovechan el CO2 producido durante la fermentación de la uva para producir energía renovable que alimente sus instalaciones.
Las bodegas de la Familia Torres han instalado una máquina capaz de capturar el CO2 que se produce en la fermentación y lo transforma en metano, que es el gas que emplean en las instalaciones para lograr electricidad, como calefacción y para calentar agua.
Esta máquina, llamada CCR (Captura de Carbono y Reutilización), funciona de un modo similar al de la fotosíntesis de las plantas para transformar el gas en metano. El metano que sale se almacena en un tanque y, cuando se necesita producir electricidad o calor, el reactor del CCR lo quema en un atmósfera de oxígeno. Con esta combustión, una turbina produce electricidad.
Por otra parte, el CO2 que se produce en esta combustión se usa para reiniciar el ciclo de producción de metano. De este modo, se consigue un circuito cerrado que garantiza que no se emite nada de CO2 a la atmósfera. Y, como hemos dicho, el calor puede usarse para calefacción o agua caliente.
Las bodegas de la Familia Torres llevan desarrollando el programa Torres&Earth desde 2008, que fue creado para luchar contra el cambio climático. Llevan invertidos 15,7 millones de euros y calculan que, para el 2020, alcanzarán una reducción del 3% del CO2 por botella en todo el proceso de producción y distribución. Pretenden que la huella carbónica sea cercana al 0% en 10 o 15 años.
También cabe destacar otras técnicas que usa esta empresa para reducir su impacto negativo en el medio ambiente. Por ejemplo, plantan las viñas en altura, porque cada 100 metros de altura ganada es 1 grado menos temperatura. Con esto se logra un retraso en la maduración para lograr una vendimia que se adapte a las vicisitudes del cambio climático. Asimismo, han comprado 6000 hectáreas en la Patagonia chilena en las que plantarán árboles para reducir más la huella del CO2 de sus bodegas.
Toda una revolución para el mundo agrícola que, poco a poco, es más consciente de sus responsabilidades y oportunidades para lograr frenar el cambio climático y nutrirse de energías renovables y eficientes.